Ya antes había escuchado mucho acerca de los lobos que se visten de ovejas,
de alguna forma suponía que eran visibles aún cuando estaban disfrazados, algo así como las caricaturas viejitas de looney tunes.
O tal vez es que mi soberbia me hacía estar segura de que si alguna vez me topaba con uno lo reconocería inmediatamente.
Error.
Existen lobos perfectamente disfrazados, tanto que realmente lo único que los hace serlo es su interior, su alma, sus intenciones, sus jugadas.
Realmente siento que duele.
No es que me haya encariñado, porque creo que de hecho eso nunca sucedió, es solo que duele pensar, duele recordar, duele darme cuenta de que confié en alguien y resulto ser un desconocido.
Espero no estar equivocada,
Espero que le vaya bien a pesar de todo.
Espero que un día no muy lejano, vuelva a ser una oveja.
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