He de pararme de aquí y hacer lo que tenga que hacer.
Ayer debí brincar del sillón donde estuve todo el día y sentarme a escribir, pero no.
¿Habrá sido acaso la debilidad de la enfermedad? ¿El cansancio de la larga semana? ¿La flojera acostumbrada de los domingos? O habrá sido simplemente la inadaptación a estar sin tí.
Probablemente una especie de rebeldía cobarde, donde no marco el teléfono o me ocupo de mis asuntos, sino simplemente me acuesto a dormir y ver televisión.
¿que está pasando? ¿en qué me estoy convirtiendo?
La televisión solía no ser muy buena amiga mía y ahora, estamos juntas todo el día.
Extraño leer, extraño escribir y sobretodo la motivación y el empuje para hacerlo.
Será cuestión de comenzar a cambiar los malos hábitos por los buenos hábitos. Será cuestión de forzarme a pararme y ponerme a leer.
Será cuestión de reinventar mis costumbres y rutinas...
03 octubre, 2011
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