El dijo "prometo escribirte todos los días" y yo aparenté no creerlo, pero claramente me ilusione por dentro.
No estas. Pero has escrito.
¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas que prometiste escribir? ¿O solo ha sido una linda casualidad?
Y luego me pregunto ¿para que quiero que me escribas? ¿A donde pienso llegar contigo? y la respuesta siempre es la misma: a nada y a ningún lado.
Y recuerdo y entiendo todas esas miles de razones por las cuales no podemos estar juntos, o no debemos, o no quiero...
Pero de alguna forma te extraño, te quiero, te anhelo, y esos mensajes me hacen respirar, por ahora.
Y es que hay que acostumbrarse a estar sin ti y que no duelas.
Hay que acostumbrarse a leerte sin añorarte y sin desearte.
Te quiero en mi vida, así que habrá que acostumbrarse a tenerte de la manera en la que te quiero, como "amigo" o "conocido", como nada personal.
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