06 febrero, 2013

Me lo guardo

A ti, a la que fui contigo, y a nosotros,
me los guardo.

Me los guardo porque los quiero, porque quiero ese recuerdo.
También me los guardo porque es pasado, y hay que enterrarlo
no para olvidarlo pero tal vez para en algún momento conmemorarlo.
A los difuntos se les puede llegar a hacer algún homenaje... o no.

Me guardo todo lo que vivimos y lo que nos faltó
lo que crecí como persona junto a ti 
y también las malas mañas que te aprendí.

Me guardo los fines de semana de inanición, 
las discusiones en el coche, 
las llamadas interminables, las dudas constantes, 
las playeras y las bicicletas,
los libros, las cartas, los detalles, 
la música...

Me guardo todos los recetarios que compré y aprendí por ti, 
la receta de pasta que te hice durante semanas, 
mi desgano para tender la cama, para manejar, para ahorrar,
para tantas cosas...

Me guardo todo el amor que me faltó darte, 
todas las palabras que no pude expresarte y la libertad que te quedé a deber.

Todo lo guardo en lo profundo de mi corazón, donde, aunque ya no te quiero ver, 
estoy segura que siempre te voy a tener.



Perdonar... Cotidianamente

Resulta que no se trata sólo de perdonar. 
Ni se trata de perdonar grandes cosas necesariamente.
A veces es más fácil perdonar las grandes cosas porque podemos analizarlas, 
discutirlas mentalmente y llegar a un veredicto, a una justificación...

Se trata de perdonar las pequeñas cosas, las del día a día
perdonar los pequeños errores
esos errores simples, que no tienen explicación alguna
las mentiras microscópicas que se fugan de repente, que son incluso un descanso de la mente
perdonar las exaltaciones espontáneas
perdonar las miradas, las palabras fuertes
perdonar el tono de voz alto e incluso las palabras ofensivas

Esto se perdona cuando es poco, cuando es breve, cuando son fugas pequeñas
o grandes...
La decisión está en cada quien.
Pero sin duda para que una relación perdure, es indispensable perdonar.

No se puede llevar equipaje de mas.
Ya con el que traemos y tratamos de deshacernos es suficiente.
No es necesario agregarle más.

Entender de plano que el permanecer en una relación significa querer dar y recibir amor, 
y el acto más profundo de amor, es justamente el perdón.