31 julio, 2012

Mi hermoso paréntesis

Y entonces un día, casi x casualidad y casi sin quererlo, se da cuenta.
Si.
Se da cuenta de que los últimos dos meses no debieron suceder y los primeros dos solo fueron un espejismo.
Se da cuenta del absurdo segundo en el que no supo, no quiso o no le importo usar a alguien.
"Pero es que no fue intencional", se repite hasta el hartazgo.
Pero el repetirlo no cambia nada, solo lo mantiene vivo en la memoria.
Ese breve paréntesis tal vez se prolongo demasiado o tal vez fue en exceso corto.
¿Quien tiene la certeza?
Ese paréntesis, ese momento, ese consuelo, esa duda le gusto y le gusto mucho.
Ni se sabe a ciencia cierta si le gusto la experiencia o el no quedarse con la duda pero no se arrepiente ni por un momento.
Y es que afirma de forma trillada que si tuviera que elegir de nuevo, lo volvería a elegir a el.
Elegirlo así como fue, con lo fuerte y con lo débil, con lo tormentoso y lo hermoso.
Lo elegiría a el y a la pasión que siempre lo caracteriza.
A el y a su nariz fea, a su calvicie inminente, a su estatura media, a sus manos fuertes y sus piernas torpes.
Elegiría su boca carnosa, su risa y su llanto, sus ojos que expresan tanto.
La explosión desenfrenada de su enojo y la ternura incomparable de su reconciliación.
Sus palabras, todas.
Las permitidas y las que no, las fuertes, las groseras, las necias y sobretodo las dulces.
Lo elegiría con su insoportable música de banda, la infinidad de ropa sin estrenar y todos esos proyectos sin concretar.
Elegiría esa inmadurez que intenta disfrazarse de madurez y que de hecho muchas veces lo logra.
Los consejos, las risas, los celos, el ceño fruncido, la llamada a media noche y el mensaje a media mañana,
Elegiría volver a respirar el olor de su camisa, sentir el roce de sus manos, los susurros en el oído diciendo "te amo tanto"...
Y es que hasta elegiría las noches de lágrimas, las tardes con ese hueco en la panza y la sensación agridulce de bañarme y encontrarme marcas.
Tal vez incluso elegiría esa incertidumbre del qué será y la desesperación de un sentimiento desbordado, las ganas de ocultarlo.
Es que de plano volvería a elegir sus berrinches, sus abandonos, sus juegos y las dudas que genera, sus mentiras, sus borracheras.
Su inactividad, su sumisión familiar, su cordón umbilical.
La impaciencia, la inconsistencia, la indecisión,
las ganas de hacerlo todo pero sin ganas de intentarlo.
La forma en que me veía, me abrazaba y murmuraba: "te más que quiero Ally".
Volvería a elegir sin pensarlo su codependencia, su locura y su sin razón, su amor,
lo elegiría a él...
Sí, a él. Otra vez.
Pero lo elegiría sólo así, como un paréntesis, más breve o más largo
En otro tiempo y en otro espacio o en el mismo.
¡Qué mas da! ¡Volvería a vivir lo mismo!
Pero no más.
Le dije adiós y me dijo adiós.
Intentamos cerrar el paréntesis más de una vez hasta que por fin se cerró.
Intenté dejarlo por las buenas, por las malas y por las feas, pero siempre fallaba.
Hay una sensación agridulce, hay un juego de estira y afloje que a mi simplemente me encanta y me engancha.
Ese sufrir y volverte a enamorar una y otra vez de la misma persona es un juego que resulta enfermo y adictivo al mismo tiempo.
Pero al fin el me dejó y yo sólo pude darle gracias a Dios.
Y aunque podría ser debatible el quien dejó a quién, es la información menos importante de toda la que hay.
Todo se resume a que él ya no está.
Se acabo la historia, habrá que buscarle algún archivo en la memoria.
Terminó la historia que nunca le contaré a mis hijos, justo como él lo predijo.

23 julio, 2012

Y apareció el...

Y mientras tu me ignoras, viene otro y me enamora...

Y otro, y otro y otro mas! Jajajajaja

Increíble? Pero cierto...
No me considero una Venus, pero si que tal vez la vida me este diciendo algo, tal vez es una forma de obligarme a dejarte ir...

Y es que yo aquí regalándote una que otra lagrima y de repente llega el.

El que siempre vi como imposible, el que siempre vi demasiado guapo, demasiado alto, demasiado inteligente, demasiado interesante y demasiado sociable como para fijarse en mi...

No se que pasara pero me queda claro el mensaje: no solo debo dejarte, sino que también debo estar convencida de que me espera alguien mucho mejor :)

19 julio, 2012

Te dejo porque te quiero, porque me quiero.

No se si trato de engañarme o desengañarme.
Y es que te me volviste costumbre, te me volviste adicción y hasta inspiración.
Te me volviste todo y luego ahora ya quiero que seas nada,
ya no quiero que seas algo, A.

Te me saliste,
pero te me has salido y vuelto a entrar tantas veces
que ahora sí me da miedo.
Me da miedo olvidar que ya no te quiero en mi,
me da miedo olvidar la paz que me brinda el estar sin ti,
en definitiva es que me da mucho miedo la mera posibilidad de regresar a ti.

Es que no. Los amores así, nomás no.
No dejan, no abonan, no aportan, nomás estorban...
¡No me estorbes! Mejor vete.
Vete lejos donde no pueda verte,
donde no pueda anhelarte, vete.
Vete que tu y yo, nomás no.
Somos tan diferentes y a la vez tan iguales...
que de repente me da por pensar que deberíamos parecernos en lo que nos diferenciamos
y deberíamos diferenciarnos en lo que nos parecemos.

Y como no te vas,
como sigues y no sigues, como te has vuelto intermitente,
pues me voy yo.
Me voy en mi muy nueva capacidad de decisión,
donde hasta he llegado a creer que puedo diferenciar lo que me gusta de lo que no,
que puedo saber que hay cosas en la vida que por mucho que uno las quiera,
no fluyen, no son, no se dan.

No se trata de ti ni de mi, ni de quién.
Se trata de dos que por mucho que intentaron, no se dieron.
Se trata de dos que cuanto más intentaron amarse,
más comenzaron a destruirse.
Se trata de saber que a veces la mejor forma de amarse es dejarse libre.